Un calabozo macabro
“La tumba” es un centro de detención del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), el organismo encargado del mantenimiento de la paz y el orden público en Venezuela.
Es un mundo en blanco y negro ubicado cinco pisos bajo tierra que, según testimonios de familiares de detenidos, contiene siete celdas sin ventilación. Allí están recluídos dos jóvenes venezolanos desde septiembre de 2014, Lorent Saleh y Gabriel Valles, acusados de violar el régimen de presentación al que estaban sometidos tras una protesta en el año 2010.
El antecedente histórico del SEBIN, cuya restructuración culminó en 2013, data de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, cuando la Policía Nacional -conocida como la policía política- era el brazo represor del régimen derrocado en 1959.
Desde enero de 2014, un mes antes del inicio de las protestas, el SEBIN era dirigido por el general de brigada Manuel Gregorio Bernal Martínez. Bernal Martínez estuvo a cargo de la respuesta de este organismo a las manifestaciones del 12 de febrero y los días siguientes.
Bernal Martínez fue destituído el 18 de febrero porque algunos de sus funcionarios desobedecieron las órdenes del ejecutivo, según dijo el presidente Nicolás Maduro. “Las únicas policías y funcionarios que debían estar en las calles, como estuvieron conteniendo la violencia, eran la Policía Nacional y la Guardia Nacional en una segunda línea”, indicó.
Una investigación del diario venezolano Ultimas Noticias, publicada el 19 de febrero reveló que funcionarios del SEBIN dispararon contra manifestantes el 12 de febrero durante los acontecimientos en los cuales murieron el estudiante Bassil Da Costa y el oficialista Juan Montoya.
Bernal Martínez fue sucedido en el cargo por Gustavo Enrique González López. Ambos funcionarios están incluidos en la lista de sancionados por Estados Unidos en marzo de 2015 por violaciones de derechos humanos y corrupción.