La frontera de México con Estados Unidos es el símbolo más visible de la guerra contra la inmigración ilegal. Políticos radicales y moderados del Partido Republicano y algunos demócratas coinciden en que la zona se debe fortalecer pese a que el número de indocumentados que la cruzan se ha reducido. En lo que difieren es en la magnitud del proyecto. La propuesta más ambiciosa, pregonada por Donald Trump, consiste en construir un muro de concreto a lo largo de las casi 2,000 millas. En cualquier caso la frontera es una vez más una oportunidad de negocios para las empresas de defensa y seguridad. Además de las barreras físicas ya instaladas, el gobierno federal le está apostando a una tecnología que ya fracasó. En 2011, la Oficina de Protección Fronteriza debió cancelar el proyecto SBI-net system de vigilancia virtual de la frontera que había asignado a la empresa Boeing. Hasta ese momento había costado 1,100 millones de dólares y solo cubría 53 millas en el estado de Arizona. “La tecnología que usaron no funcionaba nada. Porque estaba en el desierto y la arena fue un problema con las cámaras. Cuando había un viento, las cámaras no funcionaban. Tampoco podían distinguir inmigrantes y animales cruzando en el desierto”, explicó Marc Rosenblum, analista de Migration Policy Institute. Una investigación de la Oficina de Contabilidad del Congreso, GAO, por su nombre en inglés, detectó 1,300 defectos en equipos entre los cuales citó fallas en las pruebas e incumplimientos sistemáticos. El muro virtual ha sido levantado de nuevo. El gobierno adjudicó un contrato para la adquisición de un sistema similar a la empresa EFW,...