Los Rostros de la Represión
Los Rostros de la Represión
En febrero de 2014 estallaron fuertes protestas contra el presidente Nicolás Maduro en Venezuela. En repuesta el gobierno criminalizó las manifestaciones y ha detenido a miles de personas. Unos han terminado en “La tumba”, tenebroso centro de detención, y la ONU reporta 150 casos de malos tratos, incluida la tortura. Aquí el testimonio de cinco de ellos. Un reportaje de Mariana Atencio.
Lorent Saleh fue expulsado de Colombia por supuestamente hacer actividades proselitistas y tener vínculos con grupos violentos en ese país. Fue entregado al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) de Venezuela en septiembre de 2014 y desde entonces vive cinco pisos bajo tierra, en una cárcel secreta apodada “La Tumba”. Su madre Yamile Saleh le visita regularmente y teme por su vida.
El piloto civil retirado Rodolfo González ganó fama por primera vez cuando el presidente Nicolás Maduro se refirió a él públicamente como “El Aviador”. Según el mandatario, él era el “cerebro detrás de una insurrección para derrocar al gobierno”. González, de 64 años, fue detenido en abril de 2014 en su residencia y se suicidó en una celda después de 11 meses sin juicio. Su hija Ivette González cuenta su pesadilla.
Su hijo fue detenido por las autoridades venezolanas durante las protestas de febrero de 2014. Aunque fue liberado más tarde, este episodio la marcó. Jacqueline comenzó a escribir una novela titulada “El amor en tiempos de guarimba”. En Venezuela, las acciones de calle contra el gobierno nacional son llamadas guarimbas. Por escribir de este tema, un “patriota cooperante” la denunció a las autoridades.
Marco Aurelio Coello, un estudiante de 19 años, salió a protestar el 12 de febrero de 2014 en Caracas. Era la primera vez que asistía a una manifestación contra el gobierno. Coello y cinco estudiantes más fueron detenidos -y alegan haber sido torturados- acusados junto al líder de la oposición Leopoldo López por los acontecimientos. Coello permaneció siete meses preso y aunque ya está en libertad, sufre estrés post-traumático severo y ha de acudir a juicio regularmente.
Salía de su casa el 24 de febrero de 2014 en Valencia, Venezuela, cuando comenzaron los enfrentamientos entre manifestantes y las autoridades. Ella quiso grabar con su celular lo que ocurría en la avenida y recibió a cambio una agresión que alteró su vida. A pesar de que alguien más grabó cómo una funcionaria la golpeó salvajemente, Marvinia aún no ha recibido justicia en su caso.